
El jueves subí nuevo tema sobre trabajar con editoriales de USA y UK en ilustración, hablo sobre la diferencia de precios con el mercado latinoamericano y las formas en que puedes trabajar como ilustradora freelance.
Puedes chequear el videín aquí.
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Ayer conocí un oso raro, pero una de las cosas que me intrigó fue que tenía muchos cables, conectado con apuntes, pequeños monstruos, comida, celular y no me acuerdo más. Él estaba tan triste que su cara lo decía todo, mientras los cables sonaban como la corriente y es que el oso tenía electricidad en su cuerpo.
Quería conversar con el oso y trataba de hablarle, pero él estaba como un zombie, porque los cables conectaban todo lo que tenía que hacer; el tiempo no le daba para interactuar con las personas en físico, solo a través de una pantalla y eso fue lo que pensé. Quizás esta criatura no era de este siglo y era más avanzada, capaz tenía que hablarle por telepatía (eso sería interesante), pero sentí que la humanidad va por ese camino como el oso, es decir, conectada a las cosas sin mirar a las personas, avocadas en trabajo y sin tiempo para crear lo que realmente quisieran a pesar que estuvieran rodeados de todo tipo de material como lo tenía el oso.
No me percaté al principio, pero en su cabeza había esperanza o simplemente ese símbolo era lo que le quedaba, el amor encerrado en frecuencia.